A Josephine, mi otredad
Qué sucede cuando sientes una conexión tan intensa que el otro se va, cuando se sienten los corazones latir en las sienes, cuando cada momento es de lucidez y gloria o de dolor y angustia agobiante. cuando el amor más allá de protegerte te expone, pero también es un fuego que arde en el corazón con una calma profunda, con una paz intransigente, con una verdad cruda, impermanente, silenciosa.
Qué sucede cuando amas tanto que no te pierdes, sino que te
encuentras a fuerza de explorar lo más denso, lo más oscuro, lo más real. qué
sucede cuando cada momento es un infinito bucle donde su cuerpo se deshace de
lo prescindible, de la carne, del deseo y solo queda un éxtasis capaz de
inclinar los astros-
Dicen que el amor es entrega, una imagen indescifrable, un
sueño lo suficientemente enigmático para quedarte descifrándolo, aunque
aparezcan signos de desesperanza, el cansancio con sus ojeras de lunas, la
pérdida irremediable, el dolor ambivalente que purga el alma, pero qué sucede
cuando amamos elevándonos dentro de sus ojos y podemos ver la verdad
desnudándose
Y aun así lo perdemos todo. qué sucede cuando amas tanto que
cada instante es muerte y resurrección un completo milagro y un infierno en el
ojo de uróboros.
Aunque uno se quede solo amando porque hay demasiada verdad
detrás, demasiada locura para que el mundo palidezca, demasiada magia para que
los incrédulos tengan fe genuina.
A veces hace falta estar enfermo de nostalgia, y creer,
llorar de amor porque no cabemos en el cuerpo, irnos rotos pero amados,
sabiendo que entregamos lo que teníamos, no lo que nos sobraba.