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Mostrando entradas de julio 13, 2014

Para George Bataille el trabajo en un mecanismo para distraer al ser humano de su parte más animal, el anhelo de satisfacer su deseo sexual. El trabajo te limita a realizar lo que nuestros límites prohíben. Sin embargo, toco tu pierna, te toco, entre los escritorios y las miradas casuales del público. Te toco, extrayendo el ruido profundo del placer de tu boca silenciada por paredes blandas. Y te toco, trabajo, te toco y somos la "continuidad de dos seres discontínuos".

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LA PARADOJA DEL APETITO Preciso esta noche una lámpara                                                                                                                                para SOBREVIVIRTE   tus ojos de túnel  tu boca de  muessel sagrado la exploración del infierno dantesco entre los reductos de tus piernas   tensando la muerte sólo un sorbo de la angustia letal de tu bilis ...

A VECES EL DESEO ES TAN GRANDE, que nada lo puede contener: "La provocación del DESEO QUEMA; puede consumir hasta su fin la riqueza; puede consumir la vida de aquel cuyo deseo provoca." Georges Bataille.

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  UZBEKISTÁN ...tal vez otro poema de amor . Llueve en Uzbekistán. En los minaretes donde grito tu nombre amanece. Llueve en esta pocilga de madrugada donde atajo las gotas con una ponchera de plástico y tu nombre rosado, vástago desaparece detrás de mis ojos. Los sueños los devuelve el desierto, intactos: tu mano debajo de la mesa tocando el abismo inconmensurable de la sombra de mi pierna en movimiento. Bajo al sur donde la lluvia es una exequia al dolor, huele a tierra mojada y a sexo recién lavado. Amurallo mis tormentas de la necesidad de ser: Llueve en Leningrado sobre Anna, el fantasma de Tsárskoie Seló . Una nube gris tiembla en el piso y por mi falda mexicana llueven las sábilas en el campo. Demasiado ruido en el elevador de espíritus, demasiada oscuridad y obscenidad en la tecnología del deseo, es decir, Huyo como un cadáver inflamado de deseo. La sombra de tus ojos acecha los bosques, diluye las constelaciones, apaga la luna. Insisto: tiembla en el Amazona...