Con los dedos
Amé con la punta del pulgar
en lugares imposibles
en cada ciudad detrás de casetas telefónicas
en puentes y ríos sagrados
en mcdonals con menús de pollos picantes y helados de té verde
en hoteles fríos con humedad en los labios libidinosos
amé la consistencia de la piel híbrida al tacto
tu cicatriz en la espalda
entera hasta el desgaste lunar de la raja de tus glúteos recién hechos
el estribillo que cantabas cuando volvía tu esposo con la llave de tu habitación de hotel
tu primera vez en mi lengua tu primera vez en cualquier lengua
con cartas que iban y venían para decir te quiero
amé en París tu lengua en mi cuello a las 7 de la mañana en la gate 407
cuando la mañana se asentaba en la cama con mis huellas desprendidas
tu beso cálido cuando el semáforo cambiaba a verde aquella noche de febrero de 2004
el perfume de la noche y el lunar de tus senos que dividían la vida en sueños e insomnios
amé tu ojo verdísimo tu crudos mapas de asociaciones incrustados en mi plexo
el sabor del chocolate amargo después de hacerte el amor el tabaco mentolado
la hierba húmeda el reloj de la UCV marcando las diez en un día soleado y tú
tú caminando por la hierba comiéndote la hierba venerando la hierba
amé lo impalpable
en Madrid Beijing París Caracas
amé los diferentes cuerpos suaves o extensos con los que apareciste
y desapareces.
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