La dermatóloga: Juro por Apolo médico, por Esculapio, Sigias y Panacea y pongo por testigo a los dioses y diosas...

La dermatóloga


Sé que he superado esa herida que ves en mi seno izquierdo
cuando al hablarme de la piel y dices dermis al tocarme justo en el plexo mi voz se quiebra y digo que hace frío
en el consultorio o me pongo a hablar de la anatomía de la noche
con sus bandas de malandros y los abastos que abren apenas una ventanilla
para venderte esa felicidad tinta carísima y celestial que me ponen los ojos rojos
y la voz caliente ya nos distrajimos dices y al otro lado de la ventana en aquella clínica
alguien muere tu mano se desliza desde mi plexo hasta mis lunares cancerígenos
o no tu boca sonríe tus labios se mueven hacia dentro hacia fuera donde mi pezón es un animal despierto un bicho moldeable voraz que se posa por primera vez entre tus dedos
ríes y me invitas a comer a tu casa tu madre preparará pollo asado y arroz
cómo te llamas pregunto en voz baja
regresas a ti como después de un largo viaje
recitas el juramento de hipócrates en silencio
no puedo lavar mi seno no puedo borrar tu tacto
como aquel muerto entre paredes blancas y frías
y la ciudad desplazándose como las horas como tus manos
sobre mi cuerpo tardío.

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