CUANDO ESCRIBO...



Y nosotras seguimos
ya no habían versos en las madrugadas
(hubo una vez una mujer que rezaba versos de Olga Orozco a la luz de una vela en un cuarto vacío y paredes blancas, pintaba cuadros y lloraba)
me quedé en todos los recuerdos
allí regreso     
cuando escribo

la noche es incolora
a fuerza de llanto
memoria
olores empozados
se tiñe 
de un libro
de un pasaje 
de un libro
que se queda grabado
adherido
y recurrimos
a ese pasaje
cuando el dolor arrasa
cuando alguien se va
cuando somos
indiferentes
a las heridas

Tú estabas bella
asomada en tu azotea
estoy segura
que solo encima 
de tu azotea
habían estrellas como aquellas
dejaste
de escribir mariposas
de creer 
en mariposas
besos robados
la amistad
el amor
se quebraron
 te quedaste bella
como una fotografía
que llevo en el bolsillo

allí quiero regresar
cada vez que pueda
es el único juego que he jugado
el único juego que conozco
nadie pierde
nadie gana
jugamos a extasiarnos 
en el orujo del poema
rompemos
extraviamos
vivimos allí
a ratos
circunstancialmente

es cierto
en algunas fotos
donde estamos jóvenes (no sonreímos)
se ve el peso del futuro
sobre los párpados
tenemos todos nuestros dedos
los sueños
parecen intactos
hay cosas que aún no sabemos
y temblamos
pero la foto
solo revela
un lado
hay una región
inmensa
velada
sin rostros
una parte de la ropa
sin sentido

tú eras la más bella
irremplazable 
no guardaste
inocencia
te la bebiste toda
besaste
mujeres
hombres
cicatrices 
ojos pardos
de perros maníacos
te asustaban 
los caminos curvos 
escribiste 
sobre el aire
un abecedario amoroso
hasta asfixiarte 
y no retornaste

(hubo una vez una muchacha
que recitaba poemas de Olga Orozco
a la luz de una vela
velaba al amor muerto
y aquellos poemas
eran oraciones)

regreso
y todo está junto
lo que amo se une
cuando escribo.

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