domingo, 27 de julio de 2014

TODAS TUS PALABRAS ENVENENARON LA NOCHE. Fueron ESCALERAS AL FIN DEL MUNDO, SUBTERFUGIO DE UNA REALIDAD RIDÍCULA. Un LIBRO AGOTADO DESDE SIEMPRE. PERO TÚ YA NO YA EXISTES Y TUS PALABRAS SON.


 DECANTACIONES PARA UN POEMA PÓSTUMO
 A Paul
Tengo todas tus palabras

 en la mirada
       
       tu mudez de heraldos volátiles
tu creencia de polvo  carne  y dioses griegos

tú que eras mi Sócrates moderno
muriendo en tu cárcel de cocuy
mi κύων kyon
mi texto bilingüe
             









llevo la noche de alambre tejida
a mi cuerpo de poema
              llevo los domingos en la cien

no se produjo la muerte
se produjo un rocío de polvo en el bulevar
pero un trozo tuyo demoró
     en la foto
un poema de nadie en la fosa del mundo
el brebaje de la tarde cayendo como un sol
         en un cuaderno
como un cadáver exquisito
        queriéndote

será el miedo de no escuchar a Rilke
           viniéndote como la ola
será que el placer de la soledad
        me deja en mi ficción de dolor
en mi bar de la puñalada
con un poema en la boca

entro en las librerías
solo para llorarte

       donde yacen palabras como piedras.


miércoles, 23 de julio de 2014

Lila Downs - Un poco más





ROTURA HERMENÉUTICA DE LOS FILÓSOFOS AL REFLEXIONAR SOBRE UNA CUSA PERDIDA 

Necesito recuperar el filo de la navaja
tu libro de Virginia Wolf 
la contratapa de mi gendarme
recuperar mi sitio en el mundo
ya no puedo leer
sin mirarte
en las espinas del cuento
ya no puedo escribir sin escribirte
de nada sirve Olga Orozco   Cristina
ya no sirve
la pregunta acerca del ser
tu boca
ocaso inconmensurable
la prescripción de la razón:
no comerte
no beberte
no pensarte
no seguirte amando

Necesito refrigerar las ganas

quien inventó el deseo de ti
se flagela
quien anochece y amanece
amando-te
se flagela
quien te acaricia
sabe de tu herida
quien te ama
sabe de su fracaso

Quien te ama
acarició el duelo
y caminó largamente su soledad
como caminar un viejo camino
de árboles y casas desechas

Quien te ama
no trae signos
solo presagios
una carta astral en la mirada
tu nacimiento


en las manos.


A.r.

Olga Guillot - Bravo







Esta noche la bilis

y un ron selecto...

Bola de Nieve - No Puedo Ser Feliz





Fue, fui: una lluvia que cayó apenas sobre el vehículo en movimiento

que atravesaba el vidrio

que atravesaba mi cuerpo quieto

que atravesaba la ciudad de madrugada



ya te había perdido

sólo hubo silencio

ya te había perdido.




La Llorona. Chavela Vargas "Un tributo a Frida Khalo"





Había una mujer que cantaba como llorar

¿Sabes lo que es el llanto?

¿Sabes lo que es el amor, el llanto, el llanto del amor?

Había una mujer, minúscula, con la voz de una aparición

una mujer cuya voz se adentra en blanco y negro

en el pecho que gime

Y había otra mujer que lloraba y pintaba

lloraba hacia dentro y cantaba con el pincel

dibujando la sangre entera

el Danubio se derramaba al pintar

¿Sabes acaso lo que es el amor, lo que es el dolor?

llorar, pintar, cantar, amar

es lo mismo.


CRUZ DE OLVIDO - CHAVELA VARGAS (DIRECTO)





Esta noche llevo tu nombre

incrustado levemente en cada poro

de esta ciudad anegada de frío...

Fito Páez - La Despedida



NOCHE AMARILLA y TÉ VERDE




Y continuo regresando a la herida 

donde duele ya no hay nada
transpiro sombras bajo los semáforos en verde
no hay libros
no hay letras
no hay poesía
en mi curriculum de buscador 
en el baúl del fondo de la oficina 
profundamente hueca
no hay término posible
para la ausencia
para la terca abstinencia de ti

Y siempre regreso
con la mano bifurcada
a donde la noche se duerme.
A.r

domingo, 20 de julio de 2014

A mi manera - Gipsy Kings





Y tal vez no vengas a reclamarte hoy ni nunca

y tal vez la muerte sea una oscuridad incandescente

el clavo dulce de la diáspora a tus ojos

finalmente

y tal vez la nada me consuma en un juego de lluvia y azar

y tu recuerdo no sea más

que un morirse

en el recuerdo moribundo de tus labios

cuando ya no me pronuncies.

Ar


viernes, 18 de julio de 2014

Para George Bataille el trabajo en un mecanismo para distraer al ser humano de su parte más animal, el anhelo de satisfacer su deseo sexual. El trabajo te limita a realizar lo que nuestros límites prohíben. Sin embargo, toco tu pierna, te toco, entre los escritorios y las miradas casuales del público. Te toco, extrayendo el ruido profundo del placer de tu boca silenciada por paredes blandas. Y te toco, trabajo, te toco y somos la "continuidad de dos seres discontínuos".

LA PARADOJA DEL APETITO



Preciso esta noche
una lámpara 
                                                                                                                              para SOBREVIVIRTE
 











tus ojos de túnel 
tu boca de muessel sagrado
la exploración del infierno dantesco
entre los reductos de tus piernas
 
tensando la muerte
sólo un sorbo de la angustia letal
de tu bilis











el cinismo de un Diógenes de Sínope
la transgresión de Urriola en papel blando
el desorden del erotismo en la piel de la mariposa

para sobrevivir

al éxodo de tu deseo


a la convulsión de Caracas después de la lluvia.



 




jueves, 17 de julio de 2014

A VECES EL DESEO ES TAN GRANDE, que nada lo puede contener: "La provocación del DESEO QUEMA; puede consumir hasta su fin la riqueza; puede consumir la vida de aquel cuyo deseo provoca." Georges Bataille.




 
UZBEKISTÁN
...tal vez otro poema de amor.

Llueve en Uzbekistán. En los minaretes donde grito tu nombre amanece. Llueve en esta pocilga de madrugada donde atajo las gotas con una ponchera de plástico y tu nombre rosado, vástago desaparece detrás de mis ojos. Los sueños los devuelve el desierto, intactos: tu mano debajo de la mesa tocando el abismo inconmensurable de la sombra de mi pierna en movimiento. Bajo al sur donde la lluvia es una exequia al dolor, huele a tierra mojada y a sexo recién lavado. Amurallo mis tormentas de la necesidad de ser: Llueve en Leningrado sobre Anna, el fantasma de Tsárskoie Seló. Una nube gris tiembla en el piso y por mi falda mexicana llueven las sábilas en el campo. Demasiado ruido en el elevador de espíritus, demasiada oscuridad y obscenidad en la tecnología del deseo, es decir, Huyo como un cadáver inflamado de deseo. La sombra de tus ojos acecha los bosques, diluye las constelaciones, apaga la luna. Insisto: tiembla en el Amazonas. Una mujer pare de pie para crear mundo. Nosotros los indios, bajamos a la tierra para dragar la miseria. En la hendidura de la profundidad de los ojos, se hace el fuego: Lo que es propio se hace indiferente. El río fluye sucio a través de los hombres. El pilón almidonado se desliza sobre tus lágrimas nocturnas. Te escribo en el huerto cuando aún no amanece. Bebo los sorbos de café con ron que trae la madre para el insomnio pero no para la muerte. Trae el brebaje nocturno para el sueño pero no para el amor. La mujer estaciona y levita. Es decir: se envenena, nace, duerme y tiene sexo. Los cuervos giran sobre la tierra de madrugada cuando tiene lugar el primer espectáculo sangrante. Un tobo deja el suelo. La luna hincha el vientre. Una mano se desliza en la noche tejiendo el primer secreto. La mujer es un vicioso caos en la razón del mundo túrgido. Ventana con vista oceánica en un mundo revuelto por el silencio. Mi madre me dijo: Cuídate de una mujer en la ventana. La mujer que atraviesa el oráculo de una visión empañada, entra en la historia sola, sin apellido, preparada para la muerte. El sonido del amor resuena cuando entras en la ciudad; es mayo y en Francia hay miles de estatuas cerca del Sena que marcan los puntos cardinales de mi deseo. El cadalso se desplaza sórdidamente en tus ojos mientras busco entretenimiento en el jardín de tus caderas: hay un columpio que se mece solo hasta la orilla de la tesis inconmensurable. Llueve ya en mi deseo como acabado por el dolor de no poseer. Nadie vio el nacimiento de la ciudad pero sí su conflagración. Nadie vio tus pies descalzos corriendo detrás de la luna  pero sí el deseo que corría tras tuyo con sus copas.  

Las luciérnagas encienden sus luces amargas cuando el recuerdo nos deja solos, en silencio. La tarde se pierde detrás de los edificios de tus ojos amanecidos, que se tiñen de lila cuando acabas de llorar, soledad que huele a días y horas de trabajo perdido, a una única agonía.

 Adriana R.


sábado, 28 de junio de 2014

Esta noche yacen en el fondo de la memoria de vino, exequias de lo que fui: paisajes adustos, calles solas, parques sin columpios, cervezas sin amigos, borracheras de amor que terminaron en vómito y en un a solas profundo, ciudades frías de países extraños donde buscaba tu señal o tu olor, camas de hostales con baños en el patio obscuro. Fui tantas cosas y tan poco. Fui una calle de Madrid llovida y arrasada por el recuerdo.

TOD UND FRAU




                                                                        A Kathe Kollwitz

En las calles de Madrid llueve,
lejos, en el café La Cruz Blanca y en pleno centro de mi croquis húmedo,
el cielo muerde las estatuas de los edificios,
carcome el agua fuente y la punta seca sobre el papel esmerilado
del retrato de la mujer blanca casi pálida del lienzo incomprensible.

Pido un café y ya me pierdo,
-dos de azúcar, digo-
pero hay un tarro con pitillos de azúcar con el logo del café,

llueve suavemente sobre las calles limpias de una ciudad que amanece,
con sus luces enfiladas y sus mangueras largas,
con agua fuente y barniz blando,
parduzco con olor a ciénagas.

Hay un silencio escrutador que amablemente digiere tus entrañas,
llueve y el olor a rosas se pierde tras la humedad y las luces de los coches,
que pasan sin hacer ruido,
la fuente se moja cada vez,
los transeúntes leen el periódico sentados en los banquillos de la plaza anónima,
alguien fuma un cigarrillo mientras espera, entre el jardín y la calle.

Los retratos, la exposición y una grapa,
tu mujer yace serena a la luz de vela en una habitación remota,
no hay nadie aquí, -me equivoqué, me digo-
y hay que perderse en el laberinto de cuadros para revivir,
estar sola entre memorias de mujeres solas,
con sus pinceles tristes,
con sus pinceles giratorios e insomnes,
con sus caras curtidas por la lumbre de la buhardilla fría.


Salgo sola a buscar obscuridades,
a caminar por calles anchas donde cae la lluvia,
emisaria de rostros, olores, recuerdos,
pido una grapa, todos se han ido,
-bajo la luz tenue está tu mujer blanda,
pelirroja, casi muerta-
ya no sirven torrejas dulces,
solo licores de alcanfor,
entre el silencio,

bajo la lluvia. 

Adriana Duré.


QUÉ SUCEDE

  A Josephine, mi otredad Qué sucede cuando sientes una conexión tan intensa que el otro se va, cuando se sienten los corazones latir en las...