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Esta noche yacen en el fondo de la memoria de vino, exequias de lo que fui: paisajes adustos, calles solas, parques sin columpios, cervezas sin amigos, borracheras de amor que terminaron en vómito y en un a solas profundo, ciudades frías de países extraños donde buscaba tu señal o tu olor, camas de hostales con baños en el patio obscuro. Fui tantas cosas y tan poco. Fui una calle de Madrid llovida y arrasada por el recuerdo.

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TOD UND FRAU                                                                         A Kathe Kollwitz En las calles de Madrid llueve, lejos, en el café La Cruz Blanca y en pleno centro de mi croquis húmedo, el cielo muerde las estatuas de los edificios, carcome el agua fuente y la punta seca sobre el papel esmerilado del retrato de la mujer blanca casi pálida del lienzo incomprensible. Pido un café y ya me pierdo, -dos de azúcar, digo- pero hay un tarro con pitillos de azúcar con el logo del café, llueve suavemente sobre las calles limpias de una ciudad que amanece, con sus luces enfiladas y sus mangueras largas, con agua fuente y barniz blando, parduzco con olor a ciénagas. Hay un silencio escrutador que amablemente digiere tus entrañas, llueve y el olor a ros...

Edith Piaf - La foule

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Te dije: ¿Conoces a Edith Piaf?, me contestaste que te habías graduado en La Sorbonne de París con Trés bien en alguna carrera que no era literatura, que no era arte, que no era historia. Te amé, era cierto. amé tu lengua, amé tu humor, amé tu juego de billar y tu amor por las mujeres. Pero sobre todo, amé tu amor a Edith y tu erre de ciudadanía.

Detrás del espesor de tus trazos, emerge la poesía del color, no importa tu idioma. Hablamos el lenguaje del aleteo. Tú, caminando debajo de la lluvia ideando ciénagas azules con gold, yo, puteando de ida al trabajo, contando mi vida con palabras. Somos lo mismo en horas distintas. Universos que se conjugan bajo el cielo estrellado de Van Gogh, con su café solo en una avenida de la memoria. Trazo este mapa desde donde estás hasta mis pensamientos y solo es posible un poema.

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A Galya Nikolova MULHER MODERNA ANA CRISTINA CÉSAR QUOTEKO DE LEONOR FINI Opto por la mirada estetizante con un epígrafe de mujer moderna desconocida. ("No logro explicar mi ternura, mi ternura ¿entiendes"?). No soy ratón de biblioteca, casi no entiendo aquel museo de la plaza, no tengo impulso de producción, no nací para gitana, y además tengo también el llamado ojo con pecados. ¿Ni aquí? Te recito WW: "Amor, eso no es un libro, soy yo, es a mí al que sostienes yo soy yo quien te sostiene /(¿es de noche? ¿estuvimos juntos y a solas?), caigo de las páginas a tus brazos, tus dedos me entorpecen, tu aliento, LEONOR FINI tu pulso, me sumerjo de los pies a la cabeza,  delicia, y basta: Basta de nostalgia, secreto, impromptu, basta del presente deslizándose, basta del pasado en video-tape imposiblemente veloz, repeat, repeat. Toma este beso tan solo para tí y ya no me olvides. Trabajé todo el día y ahora me retiro, ahora descanso de m...

Nina Simone- I Put Spell On You

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A ti, que aún no sabes quién eres:  La noche hoy puede ser tan corta o tan larga como decidas que sea, a veces la noche solo es, pero hoy la noche es algo más...y mientras escuchas esta voz que te insta y la vida empieza por difuminarse y antes que desaparezcas por completo y tu sangre sea un río blando corriendo por las entrañas de la tierra, espero que leas ésto: AFTER SUCH PLEASURES Esta noche, buscando tu boca en otra boca, casi creyéndolo, porque así de ciego es este río que me tira en mujer y me sumerge entre sus párpados, qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor sabiendo que el placer es ese esclavo innoble que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo. Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas ni esperanza. Solo en mi casa abierta sobre el puerto otra vez empezar a quererte, otra vez encontrarte en el café de la mañana sin que tanta cosa irrenunciable hubiera sucedido. Y no tener que acordarme de este olvid...

Andy Duran y su Latin Jazz Band - ¿Qué te pedí?

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Fue en Juan Sebastián Bar, un poco antes de salir a la fuerza, y que un militar mentara mi madre después de bendecir un poco la suya, porque bailé a rabiar sola, sola como una loca en medio de una plaza. Y un poco antes que el ron selecto y el arrabal de la noche me embriagaran, y te sacara a bailar en medio de partidarios de una democracia derruida entre alcoholes e historia. Afuera, más tarde, difuminada y clara, como la luna cayendo por las calles enloquecidas. Sólo así te quise.

A veces en la noche más corta del siglo, regreso a reunirme con mis fantasmas y regresas también tú, como el fantasma de Blok en un verso de Marina Tsvetáieva. Pero simplemente, a veces nada es suficientemente fuerte para recuperar el amor de lo muerto.

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ÁRBOL DE LA TOTALIDAD ANALÍTICA Recurro a ti y otra vez te amo Cristina no previó que mientras tomabas fotos de mi bello púbico y las estatuas de Marx sonreían en las plazas las librerías extrañaban tus gestos tu dedo en mi espalda Otra vez esta noche quizás te amo entre Budha y tú dos cervezas  un té  un tai chi a la orilla del mundo dos cervezas más    pato laquedado en "El Palmar" dos cervezas y tus labios dos cervezas y el peregrinaje a tu oscuridad recién hecha exploración de caderas rocosas mar de lamentos en tus ojos cerrados la nada con sus juguetes amorosos nos tiende la trampa Esta noche Cristina nos olvidó en sus poemas “nada dice nada acerca del amor” “un travesti se pasea, pide fuego”-Cristina Peri Rossi-   Nada dice nada sobre ti y tu arritmia después de hacer el amor después de estar con otra con tus labios de ópalo nada dice nada después y en la noche siempre alguien ...

Este poema impactó mi forma de comprender y aproximarme a la cotidianidad cuando estamos en Amor. El Amor nos salva de todo, de las salvajes guerras, del exterminio, de la violencia, porque estamos sumidos en el otro, fusionados con el otro, a través del cual únicamente miramos al mundo, escuchamos al mundo y vivimos en el mundo. Este acto de perderse de sí mismo, esta nueva y ambigua exploración es también reconocer todo lo demás de un modo sublime.

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<<ONCE DE SEPTIEMBRE>>                                                                     CRISTINA PERI ROSSI El once de septiembre del dos mil uno mientras las Torres Gemelas caían, yo estaba haciendo el amor.  El once de septiembre del año dos mil uno a las tres de la tarde, hora de España, un avión se estrellaba en Nueva York, y yo gozaba haciendo el amor. Los agoreros hablaban del fin de una civilización pero yo hacía el amor. Los apocalípticos pronosticaban la guerra santa, pero yo fornicaba hasta morir –si hay que morir, que sea de exaltación–. El once...