Los poemas
son esculturas
que se exhiben al público
existen al tiempo
que son devorados
por su propio
existir.
Me levanto tosca no encuentro mis límites creo que hoy no es posible inventar tu presencia, tu difusión tus cosas
desnudar
esa ropa
que era tu cuerpo
Te nombraré entre mis libros
si quisiera fugarme
Simplemente yo te cortaba. No sabía
hacer el amor. Las flores continuaban creciendo desde el piso de abajo. Vendame con tus manos. No era suficiente chupar tu clítoris, delicadamente, dulcemente. Las flores se enredaban a la ventana. Besar tu retrato. Pasan ferias de libros, exposiciones, ventas de garage. Creía rebelarme a través del callado orgasmo. La lluvia hacía crecer las flores, olía a muerte, dulcemente. Tus dientes, tu saliva, el dolor de tu vientre, la axila derecha, los vellos creciendo hacia tus piernas: describía de memoria el recorrido de la caricia. Sigo: tu teta suave, el lunar en tu cadera, tu cadera, las uñas sin cortar, la pierna, la hoja de tu pierna, mi estómago en tu brazo, mi pierna enredada a tu muslo erizado. Te cortaba y escribía encima de la cama, en los closet, en los baños vacíos y húmedos, en los comedores sin hambre. No quise viajar, caminar y la lluvia se quejaba en la noche, no quería oírla. Vendame con tu cuerpo, este cuerpo frío, que ya no tiene madre, ya no tiene vientre acuoso (lugar del mundo y del cuerpo). Y las flores crecían detrás de los edificios, desde abajo, en las ventanas de los pisos y el tiempo era el tiempo, nada más.
un abecedario amoroso
El mundo es plano. Las personas son burbujas que el viento arrastra. Lola en el sueño es una guardiana, conoce mis secretos, me rodea mientras camino con la bicicleta a un lado. El sol cae y nos baña dulcemente. El sol de los sueños es solo un presentimiento de color, me imagino que es el sol pero realmente esa imagen de sol es antigua, desgastada, quiero profundizar en el recuerdo y veo pasar páginas de libros, páginas de internet, dibujos, ilustraciones del sol. El sol desaparece, la imagen que tengo del sol desaparece, y queda la luz por todas partes. El otro día vi un documental de un hombre insomne, cada día que pasaba dejaba de dormir un poco más y entusiasmado con la idea de no dormir y hacer más cosas, empezó a grabar todo, los sonidos, los olores, los sabores, los colores, las experiencias, grababa su vida entera, y la de su hijo. Creo que finalmente después de terminar el documental se durmió y fue como morirse, placentero, escurridizo, se abandonó simplemente. Y eso porque estar despierto era un placer, el descubrimiento constante, el asombro. A Josephine, mi otredad Qué sucede cuando sientes una conexión tan intensa que el otro se va, cuando se sienten los corazones latir en las...