jueves, 22 de mayo de 2014

Me desnudo con mi poética ante un mundo ciego, sin embargo tú vinculas la OBSCURIDAD Y LA LUZ con una chispa, unes la carne y el asombro en el lento oleaje de las horas, ya no podremos descubrir el infinito solo TANTEAR la extensión de los cuerpos, intuir las sensaciones que aparecen, envolver las rutinas con la transparencia del ARTE EMERGENTE.



TARABISH

Dora Maar. Desnudo.
Aquí..  así...  fumando-te de tu pipa

acariciando la dulce flor con la boca

expidiendo humaredas sabor a tinto

de la copa ensalivada que deja de ser

para darnos paso al camino edulcorado de las caricias.

Siento la dulce agotadora ausencia del vaho desvaneciéndose en la lengua
que recorre todo tu cuerpo en notas de doble manzana
en gotas de cereza ardiente.


Pedimos otra piedra
sabor salvaje de tierra y azufre
de sexo y redención
otra botella entre inciensos de la noche ida

desgarrándose en los costados de las pieles sedientas.


Dora Maar. Desfiguración.




Debemos
después de solicitar los placeres
desvanecernos entre las sombras

cerrar los ojos
bajar a la oscuridad sin piel.
 Adriana Duré
Dora Maar. Mujer Desnuda

miércoles, 21 de mayo de 2014

Rachmaninov - piano concerto No.2 (Adagio sostenuto)





Debo decir que no sé nada de música, lo poco que conozco de ella ha llegado como ha llegado el amor, de manera sorpresiva, embriagándome, lanzándome a abismos desmesurados. Esta pieza la escuché por primera vez en un sofá amarillo, sorbiendo traguitos de vino tinto, con las luces apagadas y en los brazos de aquel amor. Cuando crees que la pieza se duerme, empieza su ascenso poderoso dentro de ti, es un asalto en medio del cuerpo. Imagino aún un torso desnudo dentro de la penumbra y que se exalta a medida que acaricias el tatuaje de los poros confundidos con minúsculos lunares y luego dicho torso que siempre estuvo sumido en el silencio, se voltea para besar.

A veces vuelvo a ti, limpio mis sueños con tu rostro en medio de la oscuridad de la habitación. Dejo que mis poemas te conjuren. Eras una llama, un fuego entre las líneas incomprensibles de la vida. Hoy quedan tus despojos y una pequeña sombra en las esquinas cansadas de mis versos.

TRES VARIACIONES SOBRE TI 


UNO
 Ayer leí a Bertoli
mientras el trabajo

la lluvia
el estertor del tráfico
y otra vez regresar a la casa
a tomarse una cerveza
a cocinar pasta para mañana
para ir al trabajo
y la lluvia en la noche
otra vez sin ti.

Ayer leí a Bertoli
enterrándome su libro
como un puñal
enterrándome la hornilla en el ojo
enterrándome sus palabras tuyas
enterrándome la cochina noche
sin ti
enterrándome la cama
enterrándome tu costilla de pez  amorfo
para ir al trabajo
para comer 
para respirar
con tu sabor mío
para verte.

DOS

Ya en la cocina
cuando ponían Martirio en la radio
y los champiñones se mojaban con el aceite de oliva
y casualmente llovía a cántaros
como en una película de los años 40
y todos dormían
después de escribir uno o dos poemas
pensé que tal vez
después de todo
tú existes.





TRES

Para olvidarte te escribí 70 poemas sin rima
10 poemas en prosa
y  5 cuentos cortos
pinté 2 lienzos con óleo
-en cada lienzo había un solo rostro-
y los poemas no fueron publicados
nadie los leyó
ni los editores
ni los estudiantes
ni las señoras que no hacen nada en las tardes
y mi Uzbequistán se quedó con su ruta de  la Seda
su minarete y su desierto
y los cuentos
siguieron siendo cuentos
sin final feliz.

Adriana Duré.




martes, 20 de mayo de 2014

Demos gracias por nuestra pobreza, dijo el tipo vestido con harapos. Lo vi con este ojo: vagaba por un pueblo de casas chatas, hechas de cemento y ladrillos, entre México y Estados Unidos. Demos gracias por nuestra violencia, dijo, aunque sea estéril como un fantasma, aunque a nada nos conduzca, tampoco estos caminos conducen a ninguna parte...Roberto Bolaño



 LA CIUDAD ACORAZADA

 

 A Caracas




Bajo la deformación del cielo

el perfume de la tarde devora pausadamente el paisaje desesperado

imprimo en los altos muros de la calle

la huella atemporal de la nada que exhumo

  quisiera sostenerte en medio de mis plazas

retenerte como una estatua sin nombre

deshilvanar tus nostalgias

tus guerras

la ventana que gime en las proximidades

detrás de tus muros cerrados en mi nombre



quisiera deambular por los costados dormidos de tu sexo abismal


 


recoger miradas

gestos

regalarte esta inocencia cargada

esta palabra tierra



porque todo en tu lengua

es combate

y herrumbre

y campanarios



locura, soledad, éxtasis.








viernes, 9 de mayo de 2014

ARREBATADA DE MÚSICA, CON CANCIONES QUE TE NOMBRAN -TODAS LAS CANCIONES TIENEN TU NOMBRE- DOS MIL PASTILLAS POR SEGUNDO, TRES MILILITROS DE AMOR CAYENDO DESDE EL CIELO. TE DIGO: LEE LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER, YA LO LEÍ, ME DICES, NOMBRO EL AMOR COMO DECIR LLUVIA. LA LEVEDAD Y EL PESO NO ES CUESTIÓN DE FILOSOFÍA ES UN PROBLEMA DE VIDA, TE DIGO. Y ESCUCHAMOS "AFICHE" DE ADRIANA VARELA


MONÓLOGO A "LA MAGA"

A Olga y sus enanos de Irlanda

El amor sobrevive los parques carcomidos por el óxido. A veces se pasea por las plazas buscando un beso, se llena de nostálgia. Trasciende las edades históricas de mi piel. Se queda solo, consumiéndose, solo. Intenta, persigue, nunca se sacia. Nadie sabe si es ego hablar de conquistas, pero el amor no sabe esperar. Se sienta en los bancos con su boina negra y su rostro pálido de lunas, a esperar a la mujer de medias rotas y hazañas. Es cuerpo fugitivo en la noche, con máscaras para hacer reír. Una Andrómeda vestida de lunares con una flor en las mejillas y un rosal muerto en la espalda. La niñez tránsfuga, el olor del metileno puro en las axilas de una mujer cazada, el olvido del huerto bajo la penumbra del árbol. Una mujer enamorada poniendo canciones a la noche, una mujer en la ventana ejerciendo su arte poética. Cancionera de amor en un cuarto vacío con luciérnagas. Hambre enredada a la sangre, ansias de morir, brazos abiertos en las calles, sol que da en el pecho destrozado. Es apagar las luces rompiendo la continuidad del día, entonces ventana obscura y cerrada, y por lo tanto, Cadenas rompiéndose el culo con un poema para tí. Eclosión de pezones en el irreductible espacio de la habitación, fantasmas que en la noche revuelven la tierra. Una cueva sin Alicia y sin licencia de tiempo. Una fractura llamada espacio, el apeiron.

Adriana Duré.











miércoles, 30 de abril de 2014

Escribir es una cadencia impetuosa que termina en una sensación armónica y desmedida. Es el Guissepe Verdi de Callas con vino y noches de insomnio. Escribir es tener sexo escuchando "All the things you are" de Ella Fitzgeralg. Escribir es saborear la angustia Socrática de no saber.


DETALLES CUADRICULADOS DE PICASSO


Hoy que poso mi mano en tu rodilla
Picasso.
y te llamo por tu nombre 
y ya no hay máscaras que te oculten
y me despierto en los resquicios de otra piel
y te regalo un libro pensado
en tu oficina de Los Chaguaramos
y comemos ostras vivas con vino blanco y limón
y lloramos como dos pájaros asustados con las secuelas del insomnio

sin amarnos tanto
sin desearnos tanto
EN ISLAS DE PAPEL MACHÉ AZUL VERDOSAS 
donde los cuerpos son solo un SUEÑO DE CRUSOE 

Hoy que TE BESO EN LOS LABIOS
con la VEHEMENCIA LITERARIA de un adolescente –aprendiz de Cortázar y sus cronopios-
y conoces los secretos de mi clítoris

y el regodeo de mi angustia en las librerías

Picasso.
y el resabio de mi dolor al pintar la silueta de tu voz cansada

sobre mis senos


Hoy que te leo
como a un libro preferido y robado

y ya nada puede salvarnos
de este consumo oprobioso del apetito
esta avidez de la memoria que recrudece
con El Leviatán, las Decantaciones Kantianas y El Tratado del Gobierno Civil
arrojados como una tesis loca
sobre el deseo

o es mi angustia de no verte
que me expulsa hacia una soledad empecinada y bruta

Hoy que pongo mi mano en sobre tu rodilla
y tal vez escuchamos a “Tacea la notte placida” de Callas
y los manicomios se quedan en silencio en la noche oscura
y comemos pizza 

Hoy que te toco
como a un saxo desmedido
y las rocas golpean el mar
y yo golpeo tu vientre       apenas
                      nos besamos 
y en la ciudad que se nos cae
lentamente
Pastel sobre papel de hilo.  A. D.
como un orgasmo 
                      absurdo
entre consignas de Chávez
y una banderita ondeando

te toco y sorteo la vida.

Adriana Duré.


Fito Páez - Cadáver Exquisito





Aún hoy leer a Julio Cortázar, Roberto Bolaño -cuya prosa es parecida a estar recorriendo el desierto de Sonora en un Maverik- y otros latinoamericanos como Gabriel García Márquez, César Vallejo, El Chino Valera Mora y otros tantos que se escapan, tienen de fondo -y ridículamente propio quizás- el sabor, el grito, el ahogo, de las canciones de Fito Páez, que resuenan como una voz apagada en alguna parte, en alguna ciudad latinoamericana y encendida luego, años después, en la memoria literaria de quien ha leído a estos escritores y ha soñado mientras escucha una vieja canción de Fito, como ésta que dejo para rodar en su imaginación... A. D.

Me deprime la ciudad, te dije. Y tú bailabas con tus cadenas de tiempo encima de la mesa. En Plaza Venezuela y la Ciudad Universitaria tu nombre resonaba como en los burdeles de la Urdaneta. Todo era un sueño. Tu cuerpo cubierto de alcoholes y trazos de un Kierkergaar recién descubierto. Solo nos podía detener un libro, un cigarrillo.

LA FRANCESA
Una mujer inteligente.

Una mujer hermosa.
Conocía todas las variantes, todas las posibilidades.
Lectora de los aforismos de Duchamp y de los relatos de Defoe.
En general con un auto control envidiable,
Salvo cuando se deprimía y se emborrachaba,
Algo que podía durar dos o tres días,
Una sucesión de burdeos y valiums
Que te ponía la carne de gallina.
Entonces solía contarte las historias que le sucedieron
Entre los 15 y los 18.
Una película de sexo y de terror,
Cuerpos desnudos y negocios en los límites de la ley,
Una actriz vocacional y al mismo tiempo una chica con extraños rasgos de avaricia.
La conocí cuando acababa de cumplir los 25,
En una época tranquila.
Supongo que tenía miedo de la vejez y de la muerte.
La vejez para ella eran los treinta años,
La Guerra de los Treinta Años,
Los treinta años de Cristo cuando empezó a predicar,
Una edad como cualquier otra, le decía mientras cenábamos
A la luz de las velas
Contemplando el discurrir del río más literario del planeta.
Pero para nosotros el prestigio estaba en otra parte,
En las bandas poseídas por la lentitud, en los gestos
Exquisitamente lentos
Del desarreglo nervioso,
En las camas oscuras,
En la multiplicación geométrica de las vitrinas vacías
Y en el hoyo de la realidad,
Nuestro absoluto, 

Nuestro Voltaire,
Nuestra filosofía de dormitorio y tocador.
Como decía, una muchacha inteligente,
Con esa rara virtud previsora
(Rara para nosotros, latinoamericanos)
Que es tan común en su patria,
En donde hasta los asesinos tienen una cartilla de ahorros
y ella no iba a ser menos,
Una cartilla de ahorros y una foto de Tristán Cabral,
La nostalgia de lo no vivido, .
Mientras aquel prestigioso río arrastraba un sol moribundo
Y sobre sus mejillas rodaban lágrimas aparentemente gratuitas.
No me quiero morir, susurraba mientras se corría...
Roberto Bolaño. "Perros Románticos" 

QUÉ SUCEDE

  A Josephine, mi otredad Qué sucede cuando sientes una conexión tan intensa que el otro se va, cuando se sienten los corazones latir en las...